Limpieza de nuestro atajo mañanero

Hoy, al lado de nuestro querido edificio Atzavares, hemos amanecido con tractores. Su función no era otra que la de limpiar de matojos el descampado de al lado, ese por el que todas las mañanas pasamos muchos de nosotros y que tenía ya su sendero en diagonal, llano y sin yerbajos, hecho por nuestros pies.

Damos por seguro que a todos nos gustaría pasar por allí cada mañana con la tranquilidad de que, aunque el cielo esté nublado o haya llovido la noche anterior, no nos mancharemos los zapatos de barro. Por ello, confiemos en nuestra universidad y tengamos fe en que estos trabajos supondrán un avance y un “desbarrizamiento” del terreno que pisamos cada día, y no sólo una simple limpieza de matojos para labrar el campo o plantar palmeras como buena costumbre ilicitana.

Quizás este atajo deje de serlo y sea sustituido por un nuevo edificio. De momento, nadie sabe nada, ni siquiera los hombres que han estado toda la mañana trabajando para quitar las matas del lugar. Aún así, puesto que nos interesa mucho el futuro que tendrá nuestro descampado más cercano y usado, seguiremos en la búsqueda de la causa que ha motivado la limpieza de nuestro atajo mañanero.

Un saludo a todos, ¡os seguiremos informando!